¡Bienvenida!
- lighthousestudioh
- 4 ago
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 25 ago

Este encuentro no es casualidad. Tu alma busca, hilando piezas que le den sentido a tu camino, y es ella quien te ha traído hasta este espacio creado con el pulso suave y firme de la sanación femenina.
Aquí cada palabra está tejida con la intención de recordarte quién eres, de dónde vienes y el poder sagrado que habita en tu cuerpo, en tu historia, en tu linaje. Juntas celebramos el regreso a casa: al corazón, al útero, a la memoria viva de lo femenino.
Yo también transité mi proceso, primero, desde la herida: desde preguntas que no hallaban respuestas, desde vacíos que no se llenaban con nada, desde dolores heredados que no entendía. Hubo un tiempo en el que estuve alejada de mi cuerpo, de mi intuición, de mi verdad. Fui muchas versiones de mí que no me pertenecían y que me hacían sentir vacía… hasta que un día decidí escuchar el eco lejano de mi propia voz y regresar a mí: a mi energía femenina, a mi útero, a mi linaje, a lo sagrado.
No fue un camino lineal ni perfecto y mucho menos corto. Hubo sombras. Hubo resistencias. Pero también hubo encuentros de mucho amor, largos silencios colmados de Luz Divina, memorias que despertaron, rituales que me sostuvieron, y maestros que me mostraron que lo que duele también puede transformarse en amor y en belleza.
Muchas de nosotras aprendimos a vivir desconectadas de nuestra raíz sosteniendo el mundo mientras olvidábamos el nuestro. Aprendimos a ser fuertes, a complacer, a sobrevivir… pero no nos enseñaron a recordar. A sentirnos en casa en nuestro propio cuerpo. A honrar nuestras emociones sin culpa. A decir “sí” y “no” desde el alma. A mirar hacia dentro y ver luz, incluso en lo que duele.
Este espacio nace como respuesta a esa herida colectiva que seguimos cargando. Es un altar virtual donde comparto todo lo que he recogido (y sigo recogiendo) en mi propio camino: conocimientos, herramientas, experiencias, rituales, preguntas profundas, memorias que se transforman en medicina y mucho más.
No deseo enseñarte cómo sanar, sino recordarte que ya sabes cómo hacerlo. Que tu sabiduría no se perdió, solo se durmió. Y que juntas podemos despertarla.
Te abrazo en este inicio. Y te invito a que te quedes contigo misma. Que camines despacio, pero con firmeza. Que abras el corazón. Que te permitas llorar, reír, soltar, florecer. Este blog será mi forma de conversar contigo, como lo haría con una hermana. Con verdad. Con alma. Con amor.
Si algo de lo que has leído resonó en ti, entonces este espacio también te pertenece. Puedes volver aquí cada vez que necesites una palabra que te sostenga, una pausa para respirar o simplemente recordar que no estás sola en este camino.
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Gracias por estar. Gracias por ser.
Mónica G. Paz
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